La inteligencia es una propiedad poblacional. Ciertamente la práctica, como prueba y error, es fundamental para el aprendizaje. Sin embargo los humanos aprendemos cosas de otros, las modificamos, a veces las mejoramos y las transmitimos a la siguiente generación, generando una acumulación cultural que no puede ser desarrollada por ninguna persona aislada. La cultura es información distribuida en los individuos que se transmite mediante imitación y otras formas de aprendizaje social. Con aprendizaje social no referimos a los cambios a largo plazo en el comportamiento causados por estímulos derivados de la observación o de la interacción con otros individuos. Los sistemas sociales y neuronales tienen características similares de procesamiento de la información: ambos están compuestos por elementos que actúan en red; la memoria y el aprendizaje son procesos distribuidos; son robustos a la muerte y fallas constantes de sus individuos; la inteligencia, cognitiva o cultural, son propiedades emergentes de la interacción de sus elementos.
En el laboratorio estudiamos aprendizaje en comunidades de seres humanos. Buscamos detectar factores sociales que favorecen el aprendizaje individual, y entender las propiedades computacionales de los sistemas de información cultural.